Tras varias semanas de rumores, la empresa Life Time, encargada de organizar la Dirty Kanza, ha decidido que lo más seguro es que no se dispute la prueba este año, pasando a centrar ya sus esfuerzos en la preparación de la edición de 2021.
La carrera, considerada como la competición de ciclismo gravel más importante y una especie de “campeonato del mundo” oficioso, tendría que haberse disputado ya el último fin de semana de mayo, pero la situación de la pandemia del coronavirus hizo que ello fuese imposible. Los organizadores la pasaron entonces al mes de septiembre creyendo que la evolución de la enfermedad sería ya favorable, pero la realidad ha resultado ser muy distinta e, incluso con todavía dos meses de plazo, han visto que no sería posible dar luz verde al evento.
La cancelación de la Dirty Kanza no es sólo negativa para los 4000 ciclistas que se habían apuntado para disputarla, sino que también constituye un duro golpe para las comunidades y pueblos por los que pasa, especialmente su salida y llegada en Emporia, Kansas. La DK se había convertido en los últimos años en el mejor embajador de la localidad, consiguiendo ponerla en el mapa para muchos aficionados americanos y extranjeros y funcionando como un vehículo dinamizador de la economía de la zona.

Temiendo que algo así acabase ocurriendo, muchos corredores prepararon en la fecha original sus propias carreras bajo el título “Dirty Kanzelled”, algo que en aquel momento era algo cómico pero que, con el tiempo, ha terminado por convertirse en real. Es de esperar que algo parecido vuelva a ocurrir en septiembre.
Medio año después de que se declarase la pandemia mundial, el coronavirus sigue causando estragos en Estados Unidos, el país que tiene, con diferencia, el mayor número de contagios y víctimas mortales. Más allá de cuestiones políticas, la estructura administrativa y, sobre todo, social del país está jugando en contra de su población, aumentando los riesgos y frenando el desarrollo de medidas de contención.
Incluso en España, donde el control de la enfermedad está a años luz del país americano, en las últimas semanas se ha producido un goteo constante de cancelaciones de pruebas de cicloturismo (Ézaro, Somiedo, Quebrantahuesos) por las dificultades que habría para mantener la seguridad y el riesgo inaceptable que su celebración podría suponer. De hecho, basta con ver todos los problemas que están teniendo las competiciones profesionales en todos los deportes para acabar sus temporadas para darse cuenta de que, en este momento, no hay espacio para las amateurs.

El annus horribilis de la Dirty Kanza
2020 no será recordado por nadie como un buen año, pero aún menos por Life Time. La cancelación definitiva de la carrera ha sido sólo el (por ahora) último capítulo de una serie de polémicas que comenzaron cuando hace unos meses varias asociaciones acusaron a la prueba de racismo por su nombre (“Kanza” es una palabra que se relaciona con los nativos de la zona y “Dirty Kanza” se traduce como “sucia/sucios Kanza”).
Los organizadores negaron rápidamente esta afirmación, argumentando que decidieron quedarse con el término “Kanza” precisamente como homenaje a la historia de la región y que la palabra “dirty” hace referencia a los suelos sucios de gravilla y polvo por los que pasa la carrera, algo que, seguramente siendo cierto, no ha servido para aplacar las voces en contra.
Además, hace sólo poco más de dos semanas Life Time decidió expulsar de la organización a Jim Cummins, uno de los fundadores del evento en 2006, por unos comentarios personales en sus redes sociales en los que justificaba cierta actuación policial frente a un manifestante en unas de las múltiples concentraciones contra el racismo que se están llevando a cabo en Estados Unidos en los últimos tiempos.
Son tiempos extraños para la Dirty Kanza, que en un par de años pasó del anonimato internacional a líder del movimiento gravel en todo el planeta y que ahora ha tocado fondo incluso más rápido. No obstante, seguramente será el apoyo sincero por parte de los ciclistas lo que más le ayude a volver al lugar que le corresponde y hará que el año que viene regrese con toda su fuerza y emoción.